Los zapatos del campesino
![Los zapatos del campesino](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_vUUtphKQbs_D2-K480gRxFgpz7R_V-mcokAEoUqhNC90gjyrrw0zcTkuC50InCb8vmSwytXFQX-lv-jUnNl8WUHgdyXmrkhH6fnfmE_t29EzSQJNGzjnbrx6_uBzPiXXTdRUxSoda6xIqSPYLgLaHycoQ=s0-d)
Un
estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a
quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes
seguían sus instrucciones. Mientras caminaban, vieron en el camino un
par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que
trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores
diarias. El alumno dijo al profesor: "Hagámosle una broma; escondamos
los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara
cuando no los encuentre".
Mi querido amigo - le dijo el profesor - nunca tenemos que divertirnos a
expensas de los pobres. Tú eres rico y puedes darle una alegría a este
hombre. Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para
ver cómo reacciona cuando las encuentre. Eso hizo y ambos se ocultaron
entre los arbustos cercanos. El hombre pobre, terminó sus tareas, y
cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo. Al ponerse el
abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se
agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué
podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar.
Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. La
guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble
al encontrar la otra moneda. Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de
rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente
agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y
de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no
morirían de hambre. El estudiante quedó profundamente afectado y se le
llenaron los ojos de lágrimas. Ahora, dijo el profesor ¿no estás más
complacido que si le hubieras hecho una broma?
El joven respondió: "Usted me ha enseñado una lección que jamás
olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que
recibir".
Mi experiencia jugando el libro rojo
perdón por el largo de la historia pero
es una historia real y si la leen como se debe les aseguro que les dará
tanto miedo como a mi cuando la vivi.
Siempre me ha encantado todo lo paranormal. Bueno, esta historia fue
de hace aproximadamente un año cuando yo estaba por cumplir 17.
Mi amigos y yo (que llamaremos Roberto y Ana) siempre hemos sido muy
unidos, nos gusta juntarnos en casas nosotros 3 a chismear y platicar
de cosas paranormales mas que nada, un día nos juntamos en casa de Ana y
estábamos muy aburridas, ya que Roberto tenia un examen al día
siguiente y no quería hacer nada, yo (como siempre) sugerí hablar de
cosas paranormales o jugar algo, en la casa de Ana siempre han asustado y
como no teníamos nada a la mano dije: ¿Por qué no jugamos Mishanti? Ana
dijo que si y Roberto ni siquiera nos hizo caso. Comenzamos a jugar y a
hacer las típicas preguntas que hacen las adolescentes en Mishanti "¿Me
quiere?" "¿Le gusto?", cosas así.
Las cosas comenzaban a tornarse aburridas y de repente Roberto bajó
el libro de química que estaba leyendo y dijo: ¿Por qué no se dejan de
niñerías y juegan algo así como... libro rojo? (Roberto es una persona
que esta muy familiarizada con lo paranormal; lee el tarot, ha jugado
ouija y todas las cosas así). Ana y yo nunca habíamos jugado nada de eso
y le preguntamos que teníamos que hacer y nos dijo: "Consigan un libro
rojo y vengan" Estabamos en la terraza de casa de Ana que queda muy
separada de la casa, así que fuimos a su casa y buscamos libros rojos,
solo encontramos uno de refranes mexicanos y pensamos que ese estaría
bien, se lo llevamos a Roberto y lo vio con cara de desaprobación:
"Bueno, veremos si eso sirve", comenzamos a jugar Ana y yo y las
respuestas eran claras, sin embargo con muchos rodeos ya que un libro de
refranes de 15 paginas no te puede ofrecer muchas opciones, Roberto
volvió a bajar su libro y nos dijo: "Vayan por un libro de verdad si
quieren respuestas de verdad". Ana y yo nos dirigimos a casa de su
abuelita que esta en el mismo terreno que la suya, y buscando
encontramos un cuarto con libros antiguos, encontré un libro rojo y se
lo enseñe, decía "Tesis de _______ sobre las artes" Era la tesis del
abuelito de Ana, estaba lleno de palabras y supimos que ese nos
serviría, bajamos de nuevo donde estaba Roberto y se lo enseñamos "Vaya,
hasta que consiguen algo que vale la pena" tomo el libro entre sus
manos y comenzó a orar algo en otro idioma, Ana y yo no nos sorprendimos
ya que estamos acostumbradas a que haga ese tipo de cosas, nos lo dio y
nos dijo que empezáramos a preguntar.
Me tocó hacer la primer pregunta, y como siempre he sido una cursi
en busca del amor pregunte: "¿Voy a tener novio pronto?" El libro
respondió con algo así "El amor y la belleza están en los ojos de quien
mira, por lo tanto el que más los busca menos los va a encontrar" Se me
hizo que respondió bien a mi pregunta así que seguí preguntando, luego
de un rato volví a preguntar lo mismo y me respondió "Como se ha
mencionado antes hay cosas que no se pueden apresurar, porque si se
apresuran se pierde el sentido" Ahí se nos empezó a hacer raro y luego
de otro rato pregunté de nuevo a lo que respondió "El hombre es necio y
egoísta, busca su beneficio sin importar que el tiempo no sea el
indicado" Al leer esa respuesta en voz alta Roberto abrió mucho los ojos
y dijo: "Quiero jugar" dejo a un lado su libro de química y preguntó
"¿Voy a ser alguien exitoso en el teatro?" El libro respondió "El hombre
que se esmera triunfa en las artes", Ana y yo seguimos preguntando y
luego Roberto preguntó de nuevo, a lo que el libro respondió: "La
persona que ama el arte caminará sobre escenarios luciendo su mas grande
talento". Las respuestas comenzaban a ser muy claras, demasiado
especificas y Ana y yo nos asustamos, dije: "¿Podemos dejar de jugar
ya?" y Roberto me dijo "Tienes que preguntarle al libro" Le pregunte al
libro que si podíamos cerrar y dijo "La decisión esta en la persona que
la toma" volví a preguntar y dijo "Cuando uno confía en lo que dicen los
demás pierde la confianza en si mismo" El punto es que seguíamos
preguntando y el libro nos decía en pocas palabras "como quieran".
Decidimos cerrarlo y nos venimos los 3 a dormir a mi casa.
Llegamos a mi casa que es estilo mexicano, con el patio en el centro
y grandes ventanas que dan hacia este, comenzó a oscurecer y estábamos
en el comedor hablando de tonterías, cuando de repente Ana se pone
pálida y nos dice "Volteen hacia el patio" eso hicimos y vimos como
varias sombras danzaban de un lado a otro del patio, por el techo de la
casa, por todos lados, lo cual es imposible ya que para estar donde
estaban tendrían que a ver entrado a mi casa por la puerta y haber
pasado frente a nosotros. Nos asustamos y Roberto dijo: "Calmadas,
ahorita se van, ignorenlas" Tratamos de hacer eso pero las sombras
bailaban y se movían con mas fuerza haciendo imposible ignorarlas, de
repente mi madre me gritó desde su cuarto "María, ven aquí AHORITA
MISMO"sin saber que había hecho subí y a media escalera estaba ella, en
pijama y con los ojos muy abiertos.
"¿Que hiciste?" Me pregunto enojada, yo le dije que no había hecho
nada "¿Que jugaron?" Me quede helada ya que no había manera que mi mama
se hubiera enterado que jugamos algo porque fue en casa de Ana, donde no
había nadie. "Libro Rojo" le respondí "¿Cómo sabes?" Me vio y me dijo
"¿Ya te asomaste al patio?" Solo asentí con la cabeza "Algo me despertó,
me susurraron al oído algo que no entendí y al abrir los ojos el cuarto
estaba lleno de sombras" (Mi mama siempre ha sido muy sensible a lo
paranormal ya que provenimos de una familia gitana) "Haganme el favor de
rezar" y se subió sin decir mas. Baje asustada con Ana y Roberto y les
conte lo que había pasado, se sorprendieron que mi mama se hubiera
enterado pero hicimos lo que dijo, prendimos un cirio bendito y nos
pusimos a rezar agarrados de las manos, de repente la llama del cirio
creció unos 15 cm y comenzó a bailar violentamente poniendose horizontal
hasta tocar los bordes de la veladora, nos austamos pero no dejamos de
rezar, a Roberto de repente se le olvido como iba el Padre Nuestro y se
lo recordamos, luego a Ana se le olvido el Ave Maria y yo no podía
contener la risa, veíamos como las sombras se iban moviendo mas rápido y
cerramos los ojos, acabamos de rezar y no quisimos ver si las sombras
seguían ahí, pero el cirio no se calmaba, de repente luego de
aproximadamente 30min el cirio se calmo y Roberto volteo al patio:
"Sigue una, pero no se mueve" Sin decir más nos subimos a mi cuarto y
nos acostamos los 3 en la cama, todos juntos por el miedo, cuando
apagamos la luz comenzamos a oír pasos dentro de la habitación "¿Estan
tus perros adentro?" Me pregunto Ana "No, están con mis papás" Hubo un
silencio largo ya que los 3 sabíamos que no estábamos solos pero nadie
se atrevía a decirlo, los pasos seguían por toda la habitación, yo tenia
los ojos cerrados y sabia que ellos también. "Si abrimos los ojos lo
vamos a ver" dijo Roberto. "Si" dijimos Ana y yo al mismo tiempo.
Comenzamos a platicar para librarnos del miedo y sin darnos cuenta nos
quedamos dormidos. Sin duda una de las peores noches que hemos pasado,
nunca volveré a jugar nada así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario